Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018: Balance del sexenio
El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND) es el principal documento de planeación que expone los objetivos de las distintas políticas públicas, establece las acciones específicas para alcanzarlos y proyecta los indicadores que permiten medir los avances obtenidos. De este documento de planeación, el cual rige la programación y presupuestación de toda la Administración Pública Federal, se derivan los Programas Transversales, Sectoriales, Especiales, Institucionales y Regionales que definen las acciones del gobierno.
Como documento rector de la planeación se emite cada sexenio el Plan Nacional de Desarrollo (PND), instrumento que rige las acciones de gobierno y las políticas públicas que se desarrollarán durante el periodo presidencial. En sentido práctico, elaborar este documento implica planear la ruta a seguir y señalar los instrumentos técnicos y legales para la ejecución de acciones que lleven a la consecución de metas concretas con impacto directo en el desarrollo.
En la administración que terminó el 30 de noviembre de 2018, esta ruta estuvo trazada mediante el establecimiento, en el PND 2013–2018, de cinco metas nacionales y tres 8 estrategias transversales (Gobierno de la República, 2013). De estas estrategias y metas nacionales se desprendían programas de carácter específico: programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales; y también se articulaban los programas presupuestarios.
Por otro lado, con el objetivo de dirigir la planeación al logro de resultados, el PND 2013- 2018 incorporó por primera vez indicadores y mecanismos de evaluación y monitoreo para dar seguimiento y conocer el avance en la consecución de las metas establecidas.
Por ello, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) elaboró este documento en el que presenta un balance del conjunto de evaluaciones que ha desarrollado en torno a los avances y retos del PND 2013-2018. El objetivo de este documento es plantear la necesidad de mejorar los instrumentos que rigen la planeación nacional con evidencia que permita tomar mejores decisiones y, sobre todo, que fomenten la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de recursos públicos.